jueves, 21 de febrero de 2013

Con el tiempo uno aprende la sutil diferencia entre agarrar la mano y hacer palpitar el corazón. Que hacer el amor no es lo mismo que acostarse. Tener compañía, no significa sentirse seguro. Y los besos, no son contratos. Uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos. Con el tiempo aprendes que, sólo quien es capaz de quererte con tus defectos, sin pretender cambiarte, te puede llegar a hacer feliz. Entiendes que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de la mano (y sobran!) y quien no lucha por ellos, tarde o temprano, se verá rodeado de falsas amistades. Que disculparse es capaz de hacerlo cualquiera, pero que perdonar sólo es de personas grandes. Que cada experiencia vivida es única e irrepetible. Aprenderás a construir tus caminos en el "hoy" porque el "mañana" es demasiado incierto para hacer planes. Y que forzar las cosas para que sucedan sólo llevará a que, al final, se estropeen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario