miércoles, 9 de marzo de 2011
Cuando eres pequeño la noche te da miedo porque crees que hay monstruos escondidos bajo la cama. Cuando creces, esos monstruos, son diferentes: la inseguridad, la soledad, el arrepentimiento... Y aunque seas mayor y más sabio, sigues teniéndole miedo a la oscuridad. Dormir es lo más fácil del mundo; sólo hay que cerrar los ojos, pero para muchos de nosotros, el sueño parece fuera de nuestro alcance, queremos dormir pero, no sabemos como lograrlo. La verdad es que en cuanto nos enfrentamos a nuestros demonios, a nuestros miedos, y buscamos ayuda en los demás, la noche no da tanto miedo, porque nos damos cuenta que no estamos solos en la oscuridad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario