La felicidad es consecuencia de un esfuerzo personal. Luchas por conseguirla, te la trabajas, insistes en encontrarla y hasta viajas por el mundo buscándola. Pero, cuando la alcanzas, tienes que luchar a brazo partido por mantenerla, procurando nadar siempre a favor de la corriente en el río de tu felicidad, para mantenerte a flote. Si no lo haces, perderás tu alegría innata.
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